En este proyecto hemos diseñado totalmente una vivienda en el centro de Madrid. El reto era aprovechar los metros y sacar el máximo partido a la luz natural, ya que el piso daba a dos patios de manzana y tenía mucho espacio destinado a pasillos y muy poco almacenaje.
Tras acordar la distribución con los clientes, se eligieron todos los materiales para la obra siguiendo una paleta de tonos y texturas naturales y toques de negro y azul o verde en distintos puntos. El objetivo era conseguir una vivienda elegante y atemporal pero con algún guiño más sorprendente.
La cocina se situó junto a la entrada consiguiendo un espacio de comedor frente a la ventana. La luz llega al recibidor gracias a una enorme puerta de hierro y cristal en un tono verdoso que refresca el espacio.
El mobiliario se planteó con mucha presencia de madera en contraste con negro en los muebles de la parte baja. Entre ellos una encimera porcelánica con veta suaviza en encuentro.
Al tratarse de un piso con una altura de casi tres metros y haber podido mantener algunos elementos originales, como molduras, se siguió con esa línea para revestir algunas paredes como el pasillo, el frente del piano en el salón o el cabecero del dormitorio principal. Con esto conseguimos ganar la altura y dar contraste y volumen a los espacios.
La altura también se potenció con elementos de suelo a techo como los armarios del dormitorio, la puerta de hierro y cristal de la cocina o los propios muebles de cocina.